El líder máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko".
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EFE

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‘Timochenko’ declara el alto el fuego definitivo de las FARC

Manifestó la "clara y definida vocación por la reconciliación" de la guerrilla tras el acuerdo de paz con el Gobierno.

El líder máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", declaró hoy el alto el fuego definitivo, en vigor a partir de medianoche, y manifestó la "clara y definida vocación por la reconciliación" de la guerrilla tras el acuerdo de paz con el Gobierno colombiano logrado esta semana.

"Timochenko" anunció el fin de la actividad ofensiva militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una declaración ante los medios en el Hotel Nacional de La Habana, ciudad que ha sido sede de las negociaciones de paz con el Gobierno colombiano durante casi cuatro años

"En mi condición de comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP ordeno a todos nuestros mandos, a todas nuestras unidades, a todos y cada uno de nuestros y nuestras combatientes a cesar el fuego y las hostilidades de manera definitiva contra el Estado colombiano a partir de las 24.00 horas de la noche de hoy", leyó el máximo jefe de la guerrilla.

Aseguró que la guerrilla, "en cese al fuego y de hostilidades desde hace más de un año", recibió con emoción la orden del presidente Juan Manuel Santos, quien el pasado 25 de agosto ordenó a las fuerzas de seguridad colombianas el alto el fuego definitivo con las FARC, que entrará en vigor a las cero horas de este lunes.

"Nunca perdimos la esperanza de llegar a ese día tan afortunado para nuestra patria y su gente", dijo "Timochenko", quien en nombre de las FARC manifestó la "clara y definida vocación por la reconciliación" a "los soldados, marinos, pilotos de la fuerza aérea, policías y organismos de seguridad e inteligencia del Estado".

Y añadió: "Las rivalidades y rencores deben quedarse en el pasado. Hoy, más que nunca, lamentamos tanta muerte y dolor ocasionados por la guerra. Hoy, más que nunca, queremos abrazarlos como compatriotas y comenzar a trabajar unidos por la nueva Colombia".

Durante la lectura de la declaración, tras la que no admitió preguntas, "Timochenko" estuvo flanqueado por los miembros de la delegación negociadora de la insurgencia que ha participado en los diálogos de La Habana.

Tras casi cuatro años de conversaciones, los equipos negociadores del Gobierno de Colombia y las FARC anunciaron el 24 de agosto desde la capital cubana que habían alcanzado un acuerdo definitivo de paz.

Las FARC, subrayó "Timochenko", cumplirán "rigurosamente" los compromisos pactados, entre ellos su conversión en movimiento político legal, la reincorporación a la vida civil y la concesión de justicia y reparación para las víctimas.

"El acuerdo abrió paso a la posibilidad cierta de que, en adelante, en Colombia sean los hijos quienes acudan al sepelio de sus padres fallecidos por obra de la vejez. Nunca más padres enterrando a sus hijos e hijas caídos en la guerra", sostuvo este domingo el líder de las FARC.

A la espera de la rúbrica formal del acuerdo final, los colombianos tendrán la última palabra sobre la paz, ya que el documento pactado -de casi 300 páginas- será sometido a aprobación popular en un plebiscito convocado para el próximo 2 de octubre. 

Este es el texto del discurso de Timochenko:

El pasado 24 de agosto, los jefes de las delegaciones del gobierno nacional y las FARC-EP suscribieron en la ciudad de La Habana, Cuba, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.

El Acuerdo abrió paso a la posibilidad cierta de que, en adelante, en Colombia, sean los hijos quienes acudan al sepelio de sus padres fallecidos por obra de la vejez. Nunca más padres enterrando a sus hijos e hijas caídos en la guerra.  Nunca más  padres pasando el resto de sus vidas buscando a sus hijos e hijas entre miles de desaparecidos.

El régimen político colombiano ha pactado con las FARC-EP el fin de la guerra, y se ha comprometido, de modo solemne ante la comunidad nacional e internacional, a abrir completamente las compuertas de la democracia en el país y a imprimir el sello de la justicia en las relaciones sociales.

Nuestros compromisos son: poner fin al prolongado alzamiento armado; transformarnos en un movimiento político en total legalidad; reincorporarnos a la vida civil en las condiciones pactadas; y hacer, todo lo que esté a nuestro alcance, para que las víctimas del doloroso conflicto, que llega a su fin, tengan justicia y reparación. Y vamos a cumplirlos rigurosamente.

Desde hace más de treinta años, en el marco de los Acuerdos de la Uribe, clamamos porque las armas dejaran de emplearse de lado y lado. El objetivo siempre fue poder sentarnos a conversar de paz con justicia social. Pese a la reiterada respuesta negativa, cada vez que fue necesario propiciar la vía del diálogo, procedimos a declarar el cese unilateral del fuego.

No se puede olvidar la importancia vital de este gesto nuestro para el arribo feliz al puerto del Acuerdo Final.

El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, en cumplimiento de lo suscrito en el Acuerdo General de 2012, ha procedido a ordenar a las fuerzas armadas de Colombia el cese definitivo del fuego y las hostilidades contra las FARC-EP, a partir de las 00:00 horas del 29 de agosto de 2016.

Nunca perdimos la esperanza de llegar a ese día tan afortunado para nuestra patria y su gente. Desde Marquetalia hasta hoy, siempre estuvimos seguros de ello.

Las FARC-EP, en cese al fuego y de hostilidades desde hace más de un año, recibimos emocionados la orden presidencial a su Ejército. Y procedemos, en consecuencia, a dar la orden correspondiente a nuestra tropa.

En mi condición de Comandante del Estado Mayor Central de las FARC-EP, ordeno  a todos nuestros mandos, a todas  nuestras unidades, a todos y cada uno  de nuestros y nuestras combatientes, a cesar el fuego y las hostilidades, de manera definitiva, contra el Estado colombiano, a partir de las 24:00 horas de la noche de hoy.

A los soldados, marinos, pilotos de la fuerza aérea, policías y organismos de seguridad e inteligencia del Estado, queremos manifestarles nuestra clara y definida vocación por la reconciliación.

Las rivalidades y rencores deben quedarse en el pasado. Hoy, más que nunca, lamentamos tanta muerte y dolor ocasionados por la guerra. Hoy, más que nunca, queremos abrazarlos como compatriotas, y comenzar a trabajar unidos por la nueva Colombia.

Se acabó la guerra. Convivamos como hermanos y hermanas.

Que nunca más las armas de la República apunten sus cañones contra la gente de su pueblo. Que nunca más se requiera un alzamiento.

¡Qué viva la justicia social!

 ¡Qué viva Colombia!

¡Qué viva la paz!

Timoleón Jiménez

La Habana, 28 de agosto de 2016.

 

 

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